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Blood Beech, Bloodline, "Libro de sangre" de Kim de l'Horizon
Una historia sobre la familia, la identidad, los límites de clase, la amistad, el amor, el físico, la brujería, la violencia y un árbol: el haya de sangre. La novela de autoficción "Libro de sangre", de Kim de l'Horizon, es todo eso y mucho más. Once años de trabajo se invirtieron en "Libro de sangre" hasta que se publicó en 2022 y fue galardonada con los premios del libro alemán y suizo en el mismo año. El lector se deja llevar rápidamente por el flujo de un lenguaje poético, hacia una trama difícil de resumir.
"El niño tiene que decidir pronto. La gente pregunta. NA TÚ. ¿QUÉ ERES TÚ? BUB O MEITSCHI? Mira a los otros niños. La mayoría ya se ha decidido. Se colocan en fila de dos y miran expectantes. El niño se pregunta: ¿Cómo funciona esta decisión? ¿Es un proceso mágico? ¿Tiene que decírselo al mar de la lengua. Que se sienta en tu cuerpo. Y te da un hechizo mágico. Tienes que decirlo muchas veces. Hasta que la frase crezca en tu carne. Hasta que la frase se mezcle. Se incorpora. Se desangra".
En cinco partes, cada una distinguida por su propio estilo lingüístico, el personaje no binario Kim habla de crecer, de ser adulta, de su propio cuerpo y de su lugar en medio de su propia historia familiar: la búsqueda de sí misma. Entrelazada con esta búsqueda de las raíces del lado materno de la familia, que se remonta al siglo XIV y se desglosa, está la investigación de la historia cultural del haya sanguínea, el árbol que se alza en el jardín de la casa familiar.
La narradora Kim no puede liberarse de su madre y de su abuela -sigue la vida de las mujeres de esta familia que vivieron siglos antes que ella y que están marcadas por la magia y la brujería- para, posiblemente, encontrarse a sí misma al final de esta búsqueda. Se revelan traumas que se transmiten a través de multitud de generaciones, inscritos en los cuerpos y las almas de los personajes, y cada:r tiene que encontrar la manera de lidiar con sus propias raíces.
"Lo que quiero decir, Grossmeer: hay un vacío, y no sé si es mío. Tal vez este vacío sea una herencia, tal vez sea un espacio vacío que se transmite, en el que cada uno vuelve a perder lo suyo. Un hueco en el que cada generación teje sus propios hilos en el vacío. No lo digo en un sentido psicológico sutil, sino de forma muy concreta".
En el serpenteante y no lineal flujo narrativo, a veces se vuelven a contar estas historias de vida, a veces el narrador se dirige a la abuela enferma de demencia (Grossmeer, como la llaman en referencia al dialecto suizo) directamente en forma de carta, y entonces uno se encuentra de nuevo con descripciones muy duras, de autodestructivas a repulsivas, de encuentros sexuales que no son para pusilánimes y que de hecho requieren un aviso de desencadenante. Escrito en un estilo lingüístico poético y cautivador, Kim de l'Horizon presenta en "Blood Book" un contenido en parte brutal, despiadadamente franco, una historia dolorosa de lo que ha sufrido una persona genderfluid.
"No sé cómo formularme de otro modo que no sea: No conozco ningún lenguaje para mi cuerpo. No puedo moverme ni en la lengua del mar ni en la de mis compañeros. Estoy parado en una lengua extranjera. Quizá esa sea parte de la razón de escribir, de esta escritura fragmentada, fracturada".
Esta desafiante novela encuentra su propia manera de contar la historia, es experimental, algo nunca antes leído en esta forma, con lo que hay que querer comprometerse. En su poderoso uso del lenguaje y la imaginería, este libro desencadena toda una gama de emociones; a veces es asombro, irritación y estar completamente perdido en medio de la trama, todo al mismo tiempo; pues no siempre es fácil seguir el conjunto. Es una ruptura con las convenciones, un rechazo de la narración lineal y se caracteriza por un uso muy consciente y hábil del lenguaje: una alternancia de alto alemán, dialecto suizo e inglés. Una novela innovadora, poética, queer y radical, que duele en algunos momentos.